Carta a mi hija de cuatro patas...

Cuando te adopte, era consciente de que no me sobraría dinero y que tu harías más pobre mi cartera, pero más rico de amor mi corazón. 

Cuando te adopte asumí que estarías muchísimos años junto a mí y tendría que todos esos años cuidarte y protegerte como mi propia hija porque tú dependes de mí como siempre lo harás y también soy consciente de ello. 

Cuando te adopte eras una perrita que traía los ojos llenos de amor y recuerdo te asustaste mucho, no sabías que te quedarías conmigo y no verías mas a esas personas que te adoptaron y luego simplemente te dejaron sin ver siquiera tu dolor y sin pensar lo que sentirías tú. 

Fueron pasando los días, extrañaste al principio aquellas personas pero luego te dimos amor, comida, techo y muchos mimos y así desapareció poco a poco tu dolor y te fuiste animando a confiar en mí y mi madre que tanto te cuidamos. 

Al par de meses que estuviste aquí, nos dimos cuenta que tu cuerpo empezó a cambiar y fue ahí donde notamos que venias con un regalo, tus bebes. 

No sé si fue porque estabas embarazada que te dieron en adopción o si ellos tampoco sabían de la existencia de tus bebes pero puedo prometerte, hija perruna que aunque no te sobre la comida hare sea como sea que no pases hambre ni frio, ni tu ni tus siete bebes que llegaron a este mundo de locos y siempre voy a amarlos, son y siempre serán parte de mi familia. 

Si hay una promesa que puedo hacerte a ti y los cachorros, es que no puedo cambiar el mundo y hacer que todo sea color de rosas para ustedes, pero si puedo amarlos como si fueran cada uno de tus cachorros y tu mis hijos, y nunca los abandonare como esa familia que te abandono a ti sin pensar en tu dolor y donde irías a parar, no soy la mujer perfecta pero intentare ser una madre amorosa para ustedes y sobre todo nunca abandonarlos. 

No puedo cambiar el mundo pero si tu vida, te amo mi hijita de cuatro patas…


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Me soltaste...

Hola de nuevo ...