La niñez...

Cuando somos niños el tiempo nos parece eterno y ansiamos ser grande. 

Pero cuando crecemos todo se torna difícil y nos arrepentimos. 

Ser un adulto requiere de mucha responsabilidad y mucho peso en nuestros hombros cuando poco a poco se suman cargas a nuestra espalda. 

Lloramos más que cuando somos niños, sufrimos por motivos muchos más grandes que cuando éramos niños, nos preocupamos si nos despiden del trabajo, cuando hay que pagar deudas, cuando el dinero nos alcanza para alimentarnos. 

En esos momentos es cuando extrañamos nuestra niñez. 

¿Quién alguna vez no quiso volver a esa época? 

¿Quién no quiso alguna vez volver a ser un niño y olvidarse de los problemas? 

Sería bueno que uno de niño no se apresure por crecer. 

Sería bueno que de niños disfrutemos los juegos y risas y hasta cada golosina que podamos comer. 

Ser un niño es la mejor etapa de la vida y nunca deberíamos querer saltearla. 

Ser niño es lo más bello de nuestro camino aunque algunas veces ser adulto también puede ser bueno.